Vocabulario del Discurso III
Vocabulario del Discurso III se podrá conseguir en la librería Laborde Editor (3 de febrero 1065) a partir del Martes 24 de Abril.
Presentación de Vocabulario del Discurso III
CATEDRA DPC "B", PSICOLOGÍA (UNR) y LABORDE EDITOR
Se complacen en invitar a Ud. a la presentación del libro
VOCABULARIO DEL DISCURSO III
del colectivo docente de la asignatura
Docente invitada: Ps. MARISA GERMAIN
"cumplimos con satisfacción de nuestro Vocabulario III, Esta vez, la redacción, selección y armado quedó en manos de los docentes de DPC "B" de la Facultad de Psicología de Rosario, y su responsabilidad y temeridad, también, Corregido y aumentado remedia al I y al II, y avanza hacia la construcción de un texto, más o menos único, que ubique al lector en un recorrido del discurso que tiene de original justamente aquello que intenta deslindar, como diferente. Es que nos desvela la diferencia, el azar, y lo sorpresivo del acontecimiento.."
Martes 24 de Abril de 2012 - 19:30 hs. Aula 3 de la Facultad de Psicología.
Nueva fecha de presentación: 8 de mayo 19:30 hs. Aula 3 de la Facultad de Psicología.
Nueva fecha de presentación: 8 de mayo 19:30 hs. Aula 3 de la Facultad de Psicología.
Publicaciones
“ENSAYOS DE DISCURSOLOGÍA;
Docentes DPC “B”, Laborde Editor, Rosario 2011.
“LOS DISCURSOS PSICOLÓGICOS
CONTEMPORÁNEOS”; Comas, J-L; Editorial Fundación Ross, Rosario
1994 (agotado)
“LOS RÍOS…, EL RÍO.
GENEALOGÍA DE LAS POLÍTICAS DEL DISCURSO; Comas, J-L; Editorial
Sociedad de Psicoanálisis Rosario, Rosario 2010.
Del colectivo docente de DPC “B”.
Abordar los discursos implica retomar y reencontrar al sujeto (Lacan)
siempre elidido detrás de los distintos enunciados que lo componen,
y derivar desde allí nuestros núcleos programáticos: las
categorías de aprendizaje, conocimiento, saber. Nuestra huella es
Freud y con él, el ditirambo de las pasiones humanas, el APS (amor,
saber, poder). Su fundamento, la pulsión. La interrogación es parte
de la enunciación misma dando lugar a la primacía de la función
discursiva como relevante de la condición humana en tanto
sexuado-parlante. Recuperar su historia, su memoria, y las
condiciones de su sexuación,
Si se trata de discurso, del
latín discurrere,
digo que una actitud tal por lo que implica en relación al hombre
moderno, debería llamarse ciencia; una ciencia de la discursividad o
por qué no una ciencia discursológica. Pero no es tal la pretensión
sino eso que no va más allá de una ironía, por lo mismo de aquello
que se destila en el decir del dicho; gracia incluida. Poder, saber,
verdad y pulsión, se articulan por cierto en todo discurso.
Basamento crucial de un cuadrípodo monumental, columnas básicas de
la discursividad (Emmanuele). Enmarcados en significantes fuertes, es
también preciso concebir el discurso como una serie de variables
discontinuas cuya función táctica no es uniforme ni estable
(Foucault). Casi como en un patetismo de novela negra, un vocablo
seguirá y es a la vez seguido de otro en algún punto disperso de su
realidad. Faltan los nexos, aquellos que se omiten en aras de la
simplificación. Pero es así el discurso y negarlo en el papel no
nos posibilita nada en lo real. Porque se trata de la propiedad de
derramarse, se renunciará pues, a ver en el discurso un fenómeno de
expresión, la traducción verbal de una síntesis efectuada por otra
parte. Se buscará más bien un campo de regularidad para diversas
posiciones de la subjetividad en relación al lazo. El discurso
concebido así, no es la manifestación majestuosamente desarrollada
de un sujeto que piensa, que conoce y que lo dice; es, por el contrario un
conjunto donde pueden determinarse la dispersión del sujeto y la
discontinuidad consigo mismo. Es un espacio de exterioridad donde se
despliega una red de ámbitos distintos. “Las
palabras y las cosas” de
Michel Foucault, es el título -serio- de un problema, pero también
el título -irónico- del trabajo que modifica su forma, desplaza los
datos, y revela, a fin de cuentas, una tarea totalmente distinta.
Tarea que consiste en tratar -o en dejar de tratar- los discursos
como conjuntos de signos (de elementos significantes que envían a
contenidos o a representaciones), sino como prácticas que forman
sistemáticamente los objetos de que hablan. Obra princeps, si la
hay, acusa su desavenencia con su época, y a la vez expulsa las
sonoridades de sus detractores (muchos, porque aún no comprendieron
el mensaje). Porque también es indudable que los discursos están
formados por signos; pero lo que hacen es más que utilizar esos
designios para indicar cosas. Es ese más (plus) lo que los vuelve
irreductibles a la lengua y a la palabra.
Es ese más lo
que hay que revelar y hay que describir (Foucault). Más
precisamente, no hay que imaginar un universo del discurso dividido
entre el discurso aceptado y el discurso excluido, o entre el
discurso dominante y el dominado, sino como una multiplicidad de
elementos discursivos que pueden actuar en estrategias diferentes.
Tal distribución es lo que hay que restituir, con lo que acarrea de
cosas dichas y cosas ocultas, de enunciaciones requeridas y
prohibidas, con lo que supone de variantes y efectos diferentes según
quien hable. Los discursos, al igual que los silencios, no están de
una vez por todas sometidos al poder, saber, verdad y pulsión. El
discurso transporta y produce poder, saber, verdad, pulsión si así
pudiera decirse.
“EL COMENTADOR DE OCCIDENTE Y
ANA RENDIDA”; Comas, J-L, Ediciones Del Arca, 1º edición, Rosario
1998.
El Comentador de Occidente y
Ana Rendida” tiene
la impronta de una puesta en acto de la realidad del discurso. Cómo
las políticas del discurso en relación al aprendizaje, al
conocimiento y al saber, los significantes se encarnan en los
personajes principales dentro del contexto del discurso en la
Argentina del siglo XX. Cada personaje de la novela experimenta y
pone en escena una intrincación particular con el contexto social,
con las condiciones epocales que determinan los lazos humanos que
suponen el poder, el saber y el amor de ese momento histórico y no
otro. La realidad no es una, coexisten varias, múltiples e infinitas
según quien las arme, luchan a través de las locuciones que se
encarnan en los personajes de la novela y que sólo habitando un
espacio ficcional logran la libertad de no-velar y velar la realidad
impuesta por el poder hegemónico. Es que según las fuerzas que
impongan el poder, el saber y el amor de una época se podrá leer
las subjetividades que de ellas se desprenden. A partir de esta
novela podemos ver la ejecución de un discurso y de las varias
políticas del discurso que según Ariel Martello, involucran
tácticas, estrategias e intenciones.
Pero asimismo otros descargos
enunciativos que se desprenden de una tal noble empresa, la verdad,
la sexualidad, la
ética, el poder, o “le père”; sí, el padre, se enlazarán en
sus condiciones de aparición, también el capitalismo, la histeria,
la cibernética, la complejidad, el psicoanálisis, por supuesto, las
guerras, las revoluciones, las revoluciones del pensamiento, los
fundamentos, los fundamentalismos, las fascismos, la globalización y
la estructura del holocausto permanente (Ferretti) al que somos
sometidos. Formas de acumulación y de encadenamiento en las reglas
de su transformación, en las discontinuidades y los cortes que las
escanden, en las relaciones, mixturas o texturas, contradicciones que
la entrecruzan, en sus silencios, supresiones, insistencias o
slogans, con relación a la constitución de los lazos sociales,
ahora en el tercer milenio.”
(Comas; Contratapa)
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